La cerveza de jengibre es una bebida clásica inglesa conocida por su sabor refrescante y picante. Originaria del Reino Unido, esta bebida fermentada es una forma deliciosa de disfrutar del picante natural del jengibre y, al mismo tiempo, de la efervescencia que produce la fermentación. Elaborar cerveza de jengibre en casa no solo es divertido, sino que también permite personalizarla según los gustos personales.
La cerveza de jengibre se remonta al siglo XVIII y se elaboraba originalmente como una bebida fermentada con azúcar, jengibre y agua. Alcanzó una inmensa popularidad en Inglaterra y posteriormente se extendió por todo el mundo. Tradicionalmente, se disfrutaba sin alcohol, sobre todo entre niños y en reuniones familiares. Hoy en día, se suele usar como mezclador en cócteles, pero muchos aún la prefieren sola, fría.
Lo que distingue a esta cerveza de jengibre casera de las versiones comerciales es la frescura e intensidad de sus sabores. El uso de jengibre fresco garantiza que cada sorbo esté repleto de un toque cítrico. Además, el proceso de fermentación no solo produce una deliciosa efervescencia, sino que también realza sabores complejos que no encontrarás en las versiones comerciales.