Esta versión del Sfouf conserva los queridos elementos tradicionales del pastel de sémola con cúrcuma del Oriente Medio, pero introduce una dulzura natural derivada exclusivamente de dátiles, celebrando los azúcares no refinados y una nutrición saludable. Los dátiles, comunes en hogares libaneses y levantinos, aportan una profundidad deliciosa y notas de caramelo que armonizan perfectamente con la aromática cúrcuma—el sabor característico del sfouf que estimula el apetito y ofrece beneficios para la salud, como propiedades antiinflamatorias.
Tradicionalmente se sirve durante celebraciones o como un reconfortante bocado vespertino con té de menta, el sfouf es notable por su fácil preparación y su color amarillo característico. La adición de leche vegetal y tahini moderniza la receta, permitiendo un postre apto para veganos con una textura húmeda y rica sin usar huevos ni azúcar refinada.
Esta receta está diseñada para quienes buscan un enfoque auténtico pero creativo en la repostería que honre la tradición sin comprometer la salud. El uso de bicarbonato de sodio junto con polvo de hornear asegura una miga ligera, aunque la densidad de la sémola mantiene la rebanada contundente. El agua de azahar y la vainilla son opcionales para intensificar las capas aromáticas, según se prefiera.
Algunos consejos clave: evita sobrebatir la masa para preservar una estructura delicada; remoja y refresca los dátiles para lograr la máxima dulzura y humedad natural; sirve este pastel en el mismo día si es posible para obtener la mejor suavidad.
En general, el Pastel Sfouf Endulzado con Dátiles es un tributo a los dulces conscientes de la gastronomía levantina—ingredientes simples que cuentan historias de tierra y tradición, ahora abrazados por una mesa global más amplia que busca productos horneados satisfactorios combinados con nutrición natural.